¿Sabías que los 1021 metros perforados en plena Plaza fueron récord de profundidad en pozos de este tipo, artesianos, hasta al menos el año 1935?
(Al final de la entrada podéis ver la bibliografía consultada, a cuyos autores y autoras debo este post de divulgación y fotografía). La foto siguiente es la más famosa de dicha época, tomada por Eduardo Moreno en 1877, el día de la inauguración, de acuerdo al archivo municipal.
PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DEL POZO ARTESIANO
Antes de estas fechas se habían realizado ya bastantes pozos artesianos en otros países y unos pocos en España pero la mayoría sin éxito y con profundidades de menos de 200 metros en general. El de Vitoria-Gasteiz fue pues el primer gran pozo realizado en España y por ello alcanzó una fama mundial entre los geólogos e ingenieros.
El artífice fue un ingeniero francés, de Burdeos, especialista en esos trabajos, con muchos éxitos en otros pozos en distintas partes del mundo: el ingeniero M. Alphonse F. Richard. Él mismo presentó el proyecto en julio de 1887 pero el costo para el Ayuntamiento era muy elevado y no pudo ser aprobado. El pozo se construiría en la mismísima Plaza Vieja, hoy Plaza de la Virgen Blanca.
Unas semanas más tarde, el 8 de agosto, un empresario vitoriano que vivía en Burdeos, José Marcelino González de Lopidana (José María Lopidana según algún medio de la época), presenta otro proyecto, contando como ingeniero a Richard, pero con una diferencia significativa: al Ayuntamiento no le costaría nada la obra, ya que correría a cargo de González de Lopidana, algo que aprueba el Ayuntamiento.
Tras presentar un anteproyecto exhaustivo para su discusión, el 22 de septiembre de 1877 se firma el contrato para la construcción del pozo: “…..la Corporación municipal habría de abonarle, si se presentaba agua potable á una altura convenida, la cantidad de 2.000 duros (1.000 pesetas) por cada litro que arrojase el pozo en un segundo, -no abonándole nada, ni siquiera los gastos de las obras, en el caso de que no se encontrase agua, ó si ésta no reunía las cualidades apetecidas” (revista “La Ilustración Española y americana”). El contrato se firma por dos años.
El lugar donde se ha de realizar la perforación es el mismo donde se ubicaba, desde 1780, la fuente de Mª Victoria, una fuente de 8 caños que abastecía de agua proveniente de los montes de Vitoria y Berrosteguieta (Vitoria tenía en esa ápoca 7.000 habitantes).
MÁS DE CUATRO AÑOS DE PERFORACIÓN
Las obras comienzan el 22 de noviembre de 1877 con la asistencia de muchos notables de la ciudad y con ceremonia del primer golpe de sonda a cargo del Alcalde.
Al principio se avanzaba a unos 0,60 m por día (trabajando 8 obreros de día y 8 obreros de noche)
Al año, el 3 de noviembre de 1878, Lopidana ya avisa que las aguas están más profundas de lo que él pensaba y que podría salir el agua templada debido a la profundidad, aunque finalmente, tras estudiarlo, se sigue perforando.
El sistema de perforación manual se empleó hasta que se llegó a los primeros 110 metros, posteriormente trajeron unas máquinas de vapor y otros artilugios que hacían posible una perforación de más de 6 metros diarios.
El 26 de agosto de 1879 ya se ha llegado a una profundidad muy significativa, 610 m. (y 32 cm de diámetro), y sigue sin aparecer el agua. Solicita una prórroga de 6 meses más para cambiar la barraca de madera por otra mucho más resistente y seguir así con los trabajos.
En un principio el alcalde, José María Zabala, no le da la prórroga pero G. de Lopidana demuestra al Ayuntamiento que Vitoria está en boca de toda España y muchos otros países por la magnitud de este pozo y solicita dos años de prórroga. En diciembre de 1879 el Ayuntamiento acuerda concederle esa prórroga, tras cambiar algunos aspectos del contrato.
El 26 de septiembre de 1881, tras llegar a 1021 metros de profundidad, se rompió el trépano, cayendo al pozo junto a 1887 metros de barras de hierro.
Se solicita al Gobierno de la nación una subvención para realizar estudios y poder continuar con las obras, además de para sacar el trépano (aunque ya el propio Richard, al alegar la solicitud, hablaba más que de encontrar agua, de la oportunidad de realizar estudios geológicos debido a la profundidad alcanzada, el pozo más profundo de la historia hasta ese momento y por muchas décadas más).
Finalmente le conceden una subvención mínima de 125.000 pesetas que servirían sólo para realizar estudios, no para obras. Los estudios (realizados por Daniel de Cortazar) confirmaban algo que en realidad ya se había podido ver desde el principio, puesto que ya había algún estudio realizado por la Comisión del Mapa Geológico y que no se había tenido en cuenta: que debido a la composición de las capas profundas, el agua estaría muchísimo más profunda en ese lugar, hasta a 4000 metros de profundidad (estudios posteriores han encontrado que si se hubiera excavado hasta los 1900 metros podría haberse encontrado agua procedente de las inmensas balsas de las Calizas de Subijana).
Parece ser que Richard obvió esos estudios previos que ya existían y se fío del geólogo Raulin, quien decía que el agua se hallaría a unos 700 metros.
Tras muchas discusiones, con los estudios encima de la mesa, el alcalde de entonces, L. Miguel de Garrido, decide finalizar el contrato y las obras. Era el 15 de febrero de 1882.
EL MECANISMO DE CONSTRUCCIÓN DEL POZO
De acuerdo a los gráficos y textos que publicó el 15 de diciembre de 1877 la revista “La Ilustración Española y Americana” puede saberse como era el mecanismo inicialmente empleado (los dibujos son de dicha revista).
Grabados (este de encima de las líneas y el siguiente), de Enrique Crespo para la revista “La Ilustración Española y Americana” del 15 de diciembre de 1877. Título: “Vitoria. Perforación de un pozo artesiano en la Plaza Vieja, bajo la dirección del ingeniero M. Richard”. Grabador Gapuz. Imprenta de T. Fortanet, Madrid.
Este sería su funcionamiento (resumido del original): “Varios operarios hacen girar los volantes, á los que va unido un cilindro sobre el cual se arrolla una cadena, que por medio de tres poleas levanta la sonda ó barreno en la forma que indican el grabado. Cuando la sonda llega á una altura conveniente, el maestro perforador tira del extremo A de la palanca AB, en cuyo gancho va metida la anilla del barreno, y tomando la posición A’B’, dicha anilla resbala con el peso de la sonda, que cae desde una altura de una ó dos varas del fondo. Giran entónces los volantes al contrario, baja la polea, se engancha la palanca al barreno, y vuelve á principiar la operación, y á cada golpe de sonda se hace girar un poco la palanca AB, de suerte que describa paulatinamente un círculo horizontal, con lo que el trépano va hiriendo el fondo en todas direcciones, y formando así un agujero cilíndrico. Para limpiar éste se quita el barreno, y en su lugar se pone una de las cacharas. La señalada con el núm. 3 se emplea con unas palancas parecidas á la AB, cuyo extremo enlaza con el árbol de la sonda donde se ha atornillado la cuchara; se da vueltas á ésta de modo que la parte inferior vaya recogiendo la broza, tierra, piedras, etc., desprendidas por los golpes del barreno, y cuando aparece llena se saca y vacía, reproduciendo la operación cuantas veces sea necesario. La que tiene el num. 2 se introduce de golpe, y con la violencia de éste, la bala que va en el fondo se levanta basta encontrar el tope a, b), dejando paso á cierta cantidad de barro ó broza; la bala vuelve luego por su propio peso á cerrar el agujero, y se repite la operación hasta llenar el tubo de la cuchara. se saca entonces ésta, se vacía y limpia, y se vuelve á empezar la operación mientras sea necesario. La fig. 5 indica el corte vertical del pozo: CD es el nivel del suelo ; J la boca del pozo ; H la escalera ; E el barreno ó sonda, y F, los pies de la cálria. Estos procedimientos tan sencillos sólo se emplean para pequeña profundidad y al principio de los trabajos, mas después se montará una buena máquina de vapor, y se hará uso de perforadores perfeccionados. Hasta el presente se ha introducido la sonda unos diez metros, hallándose capas muy consistentes que abundan en manganeso de hierro».
Este sistema se empleó en los primeros 110 metros de perforación, siendo sustituido posteriormente por un mecanismo accionado por un motor a vapor con una potencia de 28 caballos y unos perforadores más perfeccionados, que conseguían un avance de 6 a 8 metros al día. En la Gaceta agrícola del Ministerio de Fomento, de 1878, cuando llevaban 174 metros, describe así el proceso,
resumido del original:
«La perforación se hace por medio de barrenos de acero durísimos, que alcanzan con su barra de carga un peso de 1800 kg. Este barreno es movido por un aparato llamado caída libre que recoge y suelta automáticamente dicho barreno desde una altura de 0,60m a cualquier profundidad que se trabaje.
Grabado de Enrique Crespo para la revista “La Ilustración Española y Americana” del 30 de octubre de 1878. Título: “Vitoria. Pozo artesiano que se perfora bajo la dirección del ingeniero M. Richard, visitado por S. M. el Rey el 20 del actual”. Grabador Gapuz. Imprenta de T. Fortanet, Madrid.
Un obrero, situado en un foso de 2 metros abierto al lado hace girar a cada golpe dicho barreno, con el fin de que rompa por todos los lados la roca donde golpea. Todo se halla suspendido de una palanca de roble durísimo que recoge mediante la máquina de vapor el barreno y al llegar al tope, hace que se suelte en caída libre otra vez hacia abajo por el agujero de perforación, con paredes de acero, hasta que vuelve a golpear la roca. Este movimiento lo repite unas cuarenta y dos veces por minuto (excepto las paradas que se realizan para sacar el escombro). Esto implica una perforación de unos 2,5 metros diarios. Una caldera de vapor de 28 caballos es la que hace moverse la palanca de arriba abajo en un continuo movimiento. También se usa para meter y sacar la cuchara que va sacando el escombro del pozo. Es una cuchara cerrada , realizada mediante un tubo de 5 metros de largo, con un pistón en su interior y una válvula en la parte inferior. Se baja la cuchara, se dan 4 o 5 movimientos de alza y baja de unos dos metros y los escombros son aspirados hacia el interior de la cuchara por la enorme presión exterior. Quedan retenidos por la válvula y se suben al exterior, donde se vacía».
LA VISITA DEL REY AL POZO Y LA REPERCUSIÓN DEL MISMO EN TODO EL REINO
En octubre de 1878 el rey Alfonso XII visitó diversas zonas del País Vasco y paró el día 20 en Vitoria para ver los trabajos de perforación del pozo artesiano, ya famoso en todo el reino:
“Admiró, en primer lugar, el bellísimo arco de triunfo que había sido erigido sobre el mismo sitio donde se practican los trabajos, y el cual estaba formado con los innumerables útiles é instrumentos que se emplean para ejecutar la perforación, ofreciendo un aspecto artístico y elegante, y en seguida, habiendo visitado detenidamente los trabajos ya realizados y examinado los diversos aparatos, presenció también algunas curiosas operaciones de sondeo y limpieza del interior del pozo, que se verificaron con la mayor precisión por el inteligente director de las obras. S. M. quedó muy complacido de esta visita, y se dignó admitir una vista fotográfica del arco de triunfo, y un pequeño modelo del trépano que había visto funcionar para la perforación del pozo, objetos que tuvo el honor de ofrecerle Mr. Richard”. (Revista La ilustración española y Americana de 30-10 1878)
Como comentaba, el pozo tenía mucha repercusión en la prensa española y también extranjera. En el número de 10 de Febrero de 1879, la GACETA INDUSTRIAL trataba el tema con el título “EL POZO ARTESIANO DE VITORIA” diciendo que “Varios periódicos de Madrid y de provincias han publicado una noticia dando á entender que había que renunciar á la esperanza de obtener resultado alguno en la perforación que se está haciendo en Vitoria, por haber llegado á una profundidad de más de 300 metros, y continuar todavía la roca que se encontró ya á los 120 metros […….]. El día 1 del corriente la perforación alcanzaba una profundidad de 370 metros, haciéndose 2,m60 por día, á pesar de la roca, que es una caliza muy dura […..] es posible, y muy probable, que haya que llegar á 600 metros para encontrar el agua artesiana. El pozo de Vitoria es el único en el mundo que, á la profundidad que lleva hoy, no ha necesitado tubo alguno, y lejos de haber disminuido la confianza en el resultado definitivo, cree el Sr. Richard que responderá por completo á las esperanzas concebidas. Así lo esperamos y deseamos, y entretanto creemos que los periódicos que se hicieron eco de los rumores en contrario sentido, están en el caso de rectificar […]
EL ZORTZIKO DEL POZO
Las obras se realizaron día y noche, sin descanso, durante más de 4 años.
UnaEsa contínua percusión y los ruidos de los motores día y noche, por supuesto, tenían a los vecinos de la Plaza, con las cabezas como bombos.
Tanto es así que uno de esos vecinos, el músico aguraindarra Dimas Uruñuela Bengoa, que tenía una tienda de música en la Plaza, incluso compuso un zortziko titulado “Pozo Artesiano de Vitoria” (la foto de Dimas, sacada de la web de Kepa Ruiz de Egino (http://salvatierra-agurain.es/), donde se pone música a ese continúo traqueteo de las máquinas de vapor y a esos golpes del barreno contra el suelo, día y noche, durante tanto tiempo.
PLACA CONMEMORATIVA Y ACCIONES POSTERIORES
Tras el fracaso del pozo, el 26 de noviembre de 1882 se colocó una placa en la
Plaza que conmemoraba la hazaña :_ “Pozo artesiano, 1021 m., 1877-1882”
Con la actual obra de remodelación de la Plaza, en 2008, estuvo a punto de perderse dicha placa pero fue rescatada in extremis (aunque se rompió al extraerla, y se guarda, restaurada, en el museo de Ciencias Naturales de Álava (foto de la placa antes de extraerla, de Jesús Alonso Ramírez. Técnico Responsable del Museo de Ciencias Naturales de Álava donde ahora se guarda)
Tras este fracaso, volvieron a utilizarse las aguas de la zona de Berrosteguieta y Arechavaleta (para lo que se construyó en 1882 una casa depósito con una bomba centrífuga, conocida como la “Casa de la Bomba”, que se usó hasta 1884. En ese año se había retomado el otro gran proyecto de abastecimiento de aguas para la ciudad: el de la traída de aguas desde el Gorbea, algo que surgió efecto, con gran éxito, el 21 de septiembre de 1884. Cuando llegó por fin el agua, se dispuso una tubería hasta el lugar donde estaba el pozo, haciendo surgir de él un gran chorro de agua que atrajo a un gran público vitoriano a la Plaza, celebrándose una gran fiesta por ello. Pero eso…… será otra historia que hemos de contar en otra entrada de esta web de historias. Este es el momento de la inauguración, foto de Eduardo de Lucas «Moreno»:
En la foto siguiente, la plaza en 1882, todavía con restos de las obras tras desarmar todo el aparataje de perforación.
Bibliografía consultada:
– “El pozo artesiano de Vitoria”, de Daniel de Cortazar. 30 de enero de 1882
– “El pozo artesiano de Vitoria”, de Blanca Guarás y Luis M. Martinez-Torres. 1998
– Revista “La ilustración española”. 15-12-1877
– “Las dichosas aguas”, de José María Bastida “Txapi”. El Periódico de Álava, 29 de mayo de 2004
– Gaceta agrícola del Ministerio de Fomento, tomo IX. “El pozo artesiano de Vitoria”, de Francisco Balaguer. Año 1878
– “Cuando Vitoria buscaba agua en la plaza de la Virgen Blanca”. Iñaki Armentia. Web Ser Euskadi. 5 de octubre de 2015.
Para finalizar, una infografía preciosa y muy clara realizada durante el curso puente de adaptación a Grado. Centro: EASD-ADGE Curso: 2015-2016 Asignatura: Infografía Tutoria: Esti Iregi Etxeberria (web digaelkartea.org):
No tenía ni idea de esta enorme proeza (dados los tiempos en que se llevó a cabo). He leído el artículo con sumo interés. Gracias por compartirlo.
Saludos
Gracias Loam
Un placer aprender haciendo estas historias y poder compartirlo.
Juan