Mañana, 4 de agosto de 2017, justo cuando Celedón esté bajando desde la torre de San Miguel a la casa de la calle Postas, justo a esa hora, se cumplirán 100 años del que seguramente es una de las fotos más «típicas» de Vitoria-Gasteiz: el monumento a la batalla de Vitoria, sito en la Plaza de la Virgen Blanca, centro neurálgico de la ciudad.
Fue el 4 de agosto de 1917 cuando se «inauguró» (se había iniciado su construcción el 12 de octubre de 1914) (pongo inauguración entre comillas ya que en realidad lo que pasó es que se «entregó» el monumento, no se inauguró, como se explica más abajo). En la foto, el cartel de fiestas de 1917, que versaba sobre la construcción e inauguración del mismo ese año.
PROLEGÓMENOS
La idea de hacer un monumento a la batalla de Vitoria ya se había tenido pocos días después de la misma: el diputado alavés Manuel de Aristegi presentó en la sesión de las cortes de Cádiz de 2 de julio de 1813 una moción para ello. Dicha moción fue aprobada al día siguiente , 3 de julio, con el texto «Cuando las circunstancias lo permitan, se levante a expensas del erario público, en el paraje más a propósito de los campos de Álava, en el modo y forma que el Gobierno estime oportuno, un monumento que recuerde hasta las más remotas generaciones esa memorable batalla», aunque finalmente pasó un siglo hasta poderse llevar a cabo ya que en 1814 el rey Fernando VII abolió la Constitución de 1812 y las Cortes de Cádiz y todo lo que se había aprobado en ellas.
Antes del monumento actual, hubo otros intentos de hacerlo. El primero fue en 1852 cuando el Ayuntamiento propuso construir una columna conmemorativa sobre la cual estuviera el General Álava, que se ubicaría en la que habían sido huertas del desaparecido Convento de san Francisco (hoy aledaños de la Plaza de los Fueros).
En 1863 Daniel Ramon de Arrese escribe la necesidad de una estatua al libertado de la ciudad. Más tarde, en 1898 hubo un nuevo intento: Arturo Salazar realizó una campaña, apoyándose en la prensa, para la construcción de una fuente rodeada de jardines con una estatua ecuestre del general, que ya ubicaba en la Plaza de la Virgen Blanca. Hasta 1904 el Ayuntamiento no contestó, negativamente, alegando que no había suficiente interés y que había cosas mucho más importantes para la ciudad en ese momento. (En la foto: Acta de la Diputación de 5 abril de 1898 con informe de la Comisión de Asuntos Generales relativo a instancia de Arturo Salazar solicitando que se erigiera un monumento).
El último intento, que esta vez sí fructificó, comenzó en 1909 y terminó en 1913: En 1909 el alcalde, Pedro Ordoño, propone solicitar al estado una subvención para la construcción, mediante un concurso entre autores vasconavarros, de un monumento en la Plaza de la Virgen Blanca, ayudado además de suscripciones populares, («para honrar la memoria de los que, desde 1813, propusieron dicho homenaje»). Fue en 1911, que el alcalde Eulogio Serdán y el Diputado general Federico Baraibar, solicitaron formalmente esa subvención que definitivamente ascendió a 100.000 pesetas a finales de 1912. Hablemos un poquito de la batalla y luego del proceso de construcción:
LA BATALLA DE VITORIA
La batalla a la que se hace referencia ocurrió el día 21 de junio de 1813. Se libró en las inmediaciones de Vitoria-Gasteiz una de las batallas decisivas contra las tropas napoleónicas que invadieron España. No es objetivo de este post entrar en dichos detalles, justo un pequeño resumen por ver lo decisivo de esta batalla contra la ocupación francesa.
Lucharon las tropas del ejército imperial francés (lideradas por el mariscal Jourdan y varios generales) que escoltaban a José Bonaparte, ya en huida, contra un conglomerado de tropas aliadas españolas, británicas, portuguesas y alemanas, la mayor parte de las tropas extranjeras las comandaba el general Artur Wellesley (el que luego fue duque de Wellington) y las españolas por diversos generales entre ellos el general Girón y el general Morillo.
En la ciudad fue muy importante la figura de un alavés, el General Álava (Miguel Ricardo de Álava y Esquivel) quien, tras la victoria en la batalla, tomó una unidad de caballería británica y penetró en su ciudad natal (el grabado muestra la entrada del General Álava en Vitoria) evitando que tanto franceses como aliados realizaran saqueos en la ciudad (algo que ya habían hecho ambas partes en otras ciudades como Donostia, por ejemplo). Vitoria-Gasteiz por ello debe mucho a ese hijo de su ciudad (este saqueo de los botines que los franceses abandonaban en su huida, y que a su vez provenían de saqueos de victorias anteriores (oro, plata, joyas, sedas, valiosos vestidos, orfebrería, etc….) hizo que muchos soldados, británicos sobre todo, abandonaran la persecución de los franceses y estos sufrieran menos bajas y pudieran huir o reagruparse en muchos lugares).
La victoria de Vitoria fue la que supuso la retirada definitiva de las tropas francesas de España (quedaron algunos reductos en Cataluña solamente) y la que forzó a Napoleón a devolver la corona del país al Rey Fernando VII en el Tratado de Valençay de 1813 (posteriormente el acuerdo definitivo se realizó en 1814 entre Fernando VII y el nuevo rey de Francia Luis XVIII)
Además, la victoria aliada en esta batalla se cuenta que fue en parte gracias un aldeano alavés, de nombre José Ortíz de Zárate, que guió a los aliados ingleses por el puente de Trespuentes, no vigilado, facilitándoles un avance y cerco a los ejércitos franceses (posteriormente murió en uno de los ataques franceses).
La importancia de esta batalla ganada por los aliados se comprueba perfectamente por la cantidad de personas que intervinieron y por el material incautado a los franceses:
Por el ejército aliado: unos 78.000 hombres y 100 cañones.
Por el ejército francés (en dicho ejército también había muchos liberales españoles, italianos…los llamados “afrancesados”): 57.000 hombres y más de 140 cañones
Incautaciones: más de 680.000 francos, 9000 reses que les servían de alimento, todos los cañones y piezas de artillería pesada (entre 140 y 180 según fuentes), 415 carros con munición, 2 millones de cartuchos, 15.000 kg de pólvora, miles de armas individuales…., un verdadero descalabro económico-militar que terminó de dar la puntilla a la ocupación francesa. Además a la salida de Vitoria quedaron atrapados más de 2000 carruajes de civiles franceses y afrancesados que huían y que tuvieron que abandonarlos, todos cargados de joyas, oro y otros objetos valiosos que fueron saqueados por los soldados británicos principalmente, como se ha descrito antes.
Se estima que hubo más de 5000 bajas (muertos y heridos) en cada uno de los bandos, así como 3000 prisioneros franceses.
IRURAC BAT: Para premiar a los participantes en el enfrentamiento, el 21 de junio de 1815 se creó, por orden de Fernando VII, una condecoración con la inscripción “Irurac bat” (tres en uno en euskera, refiriéndose a las tres provincias vascongadas) y en su reverso “recompensa de la batalla de Vitoria”.
EL CONCURSO PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL MONUMENTO
Como comentábamos, en 1909, acercándose ya el centenario, el alcalde Pedro Ordoño presenta una moción para solicitar una subvención al gobierno para construir el monumento. El 23 de junio de 1911 la Corte española concedía inicialmente una cantidad de 400.000 pts para dicha construcción. En 1912 el alcalde y el diputado general (Eulogio Serdán y Federico Baraibar), solicitaban la subvención concedida pero finalmente dicha cantidad se rebajará a 100.000 pts a finales de 1912. A pesar de ello, con dicha subvención, empezó el proceso.
En junio de 1913, ya a las puertas del centenario, el gobernador civil de la provincia, reúne a todas las partes implicadas (Diputación, Ayuntamiento, Gobierno, Hacienda…) y se ponen a ello por fin y el 26 de julio de 1913 se convoca concurso público para la construcción. En las bases se exigía que dicho monumento conmemorase la victoria aliada y se destacara la figura del General Álava. Asimismo se decía que iría a colocarse en la Plaza de la virgen Blanca, emplazamiento que ganó por 7 votos a 5 frente al otro posible, la Plaza de Bilbao (un gran espacio vacío entre el Banco de España y calle Postas ya que todavía no estaba ahí el edificio de correos). Los proyectos se presentaban anónimos, bajo un lema, (y en sobre aparte iría el autor de dicho proyecto y lema) aunque al final se pudo saber la autoría de algunos de los proyectos, sobre todo tras las polémicas por el fallo del concurso. (por ejemplo, entre los miembros del jurado no había ni un solo escultor, algo que fue muy criticado).
Finalmente se presentaron 7 proyectos, de diferentes partes del país (Bilbao, Donostia, Vitoria, Barcelona, Madrid):
LOS PROYECTOS PRESENTADOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL MONUMENTO Y LA POLÉMICA TRAS EL FALLO
Los siete proyectos presentados fueron los siguientes (gracias a las fotos de las maquetas que hizo el fotógrafo vitoriano Enrique Guinea podemos hoy contemplarlos), enunciados por el lema que los distinguía:
1.- SI VIS PACEN PARA BELLUM
Realizado por el valenciano Gabriel Borrás, a la postre ganador del concurso y de las 5.000 pts de premio. Era valenciano aunque afincado en Madrid, un escultor reconocido, oficialista, académico y clásico.
2.- IMITARLES
Realizado por los miembros de la Escuela de Talla alavesa Juan Piqué y Juan Minguell (creada para la construcción de la catedral y auspiciada por los arquitectos de la misma). Obtuvo el 2º premio (de 2.500 pts) y como veis, es muy similar al que ganó.
3.- VASCO
Presentado por Quintín de la Torre (que fue el primer presidente de la constituida en 1911 «Asociación de artistas vascos» y quien desató la gran polémica tras el fallo del jurado). Obtuvo una mención en el fallo del concurso y es el único que se sale un poco del clasicismo imperante, siendo más sobrio, más abstracto (de acuerdo a las tendencias de la asociación de artistas vascos)
4.- AMOR Y LIBERTAD
Tuvo también una mención del jurado, con mucho más adorno arquitectónico que le resto de los anteriores. Figuras de General Álava a caballo y alegoría de la libertad como elementos comunes clásicos al proyecto ganador.
5.- ZADORRA
No obtuvo ningún apoyo en el fallo del concurso, es el más sencillo y no menciona la batalla en sí, presentando, como todos los demás, al General Álava a caballo
6.- PATRIA
Sin mención alguna, también con el general a caballo.
7.- VICTORIA
Sin mención del jurado, general a caballo pero sobre todo elementos arquitectónicos más que escultóricos
LA POLÉMICA: Desde el principio hubo polémicas porque los miembros del jurado eran personas ajenas a la escultura (había arquitectos, ingenieros, pintores, políticos…). Antes del fallo del jurado ya existían rumores en los periódicos que hablaban que ganaría un escultor de Madrid y el segundo uno de los de la escuela de arte de Vitoria (rumores que al final se cumplieron porque quedaron primero y segundo respectivamente). También desde el principio, y sigue hoy en día, la ubicación en esta plaza tan céntrica fue objetivo de polémica ya que algún arquitecto famoso ya lo cuestionó en ese momento (no hace mucho, al reformarse la plaza actual ya se habló de su traslado, con enfrentamientos dialécticos y en prensa entre detractores y defensores). Eso, aparte de otras consideraciones políticas de tipo más nacionalista, con ataques al monumento incluido.
En 1913, en la Revista La Hormiga de Oro, salía el resultado del concurso con dos fotografías del proyecto premiado y del accesit:
Quintín de la Torre, uno de los postulantes a construirlo, se quejó de esa falta de escultores en el jurado, pero también se quejó de que los arquitectos y jurados Luque y Apraiz habrían inclinado la balanza a sus pupilos de su escuela (algo que negaron categóricamente los citados arquitectos). También se quejaba de que se debiera haber favorecido a los artistas vascos en esta construcción, no a los foráneos. Quintín tuvo varios defensores como el pintor y empresario alavés Tomás Alfaro Fournier (futuro alcalde de Vitoria) quien hizo un alegato intenso y muy duro contra los intereses creados de los «de arriba» y contra el propio monumento: «carece absolutamente de originalidad y de líneas monumentales», «es un amontonamiento de guerreros y gente del pueblo», «el bronce y la piedra se mezclan sin orden ni concierto», «…un monumento que servirá para la escuela del mal gusto»….. También otros artistas como los hermanos Zubiaurre , así como por la propia asociación de artistas vascos apoyaron a Quintín. Otros que protestaron fueron los comerciantes, que veían con el monumento la desaparición del mercado en la plaza. A favor de Borrás se manifestó, por ejemplo, el escultor Luis Sánchez del Cid.
La polémica no impidió que todo se desarrollase tal cual había fallado el jurado y la construcción se encargó a Borrás.
Eulogio Serdán, en 1917, hizo un librillo sobre toda la historia del monumento:
EL MONUMENTO: CONSTRUCCIÓN Y DESCRIPCIÓN
La construcción del monumento comenzó el 12 de octubre de 1814. Debiera haberse terminado en un año, tal y como se decía en las bases del concurso pero se tardó casi tres años en inaugurarse (la guerra mundial que empezó ese año, las huelgas y la propia renovación de la plaza que hizo que hasta mediados de 1915 no pudiera cimentarse intervinieron en el citado retraso). El presupuesto se fijó en 90.000 pts. En estas 2 fotos, de Enrique Guinea, el monumento en plena construcción, año 1917, la segunda es de la Procesión del Corpus Christi , 22 de junio de 1916:
Es una escultura-construcción en forma piramidal, realizado con piedra de Fontetxa (toda la base) y bronce (partes superiores) y sus medidas son: 17 metros de altura y 7,8 metros de lado en su base cuadrada. Sus esculturas humanas y animales son de tamaño natural de un extraordinario realismo, donde puedes ver perfectamente las emociones de cada una de las figuras. Merece la pena acercarse a ellas y observar lo más cerca que puedas cada una.
La escultura tiene tres pisos:
BASE-PRIMER PISO
Realizada en piedras de FontetxA, la parte más importante, el frontal, o cara sur, está dedicada al héroe vitoriano, el General Miguel Ricardo de Álava y Esquivel, que aparece a caballo y espada en alto, a su lado, figuras humanas que representan al pueblo de Vitoria aclamándole. El escudo de la ciudad de Vitoria preside también esta parte. De acuerdo al proyecto inicial de Gabriel Borrás, en la base debiera haber una placa con la inscripción “El teniente general D. Miguel Ricardo de Álava, protegiendo a su ciudad natal”, sin embargo esta frase se sustituyó al final por la actual “A la independencia de España”
En la parte trasera y laterales se sitúan los perdedores. En la cara este los españoles, los llamados afrancesados, los aliados de los franceses, que tienen que dejar atras casas y posesiones para ir al exilio. los rostros de las figuras lo dicen todo, (se cuenta que una de las figuras femeninas pudiera ser la Marquesa de Montehermoso, amante de Bonaparte durante su estancia en la ciudad). En la cara norte están los franceses, con Bonaparte en dicho grupo a caballo, huyendo, y el dios de la guerra, «Marte», que señala a los vencidos franceses el camino de vuelta a su país. En el otro lateral, el oeste, los soldados franceses derrotados, retirándose, heridos, cabizbajos… Al pie de este conjunto debiera poner, según el proyecto de Borrás: “Derrota de Bonaparte” pero finalmente no se incluyó en la escultura.
En un escrito en la revista Euskal Erria, de 1918, José Cola y Goiti describía así el monumento:
“Han entrado en la composición de la obra, piedra caliza blanca, piedra arenisca amarilla, piedra arenisca blanca de grano fino, mármol de Carrara y bronce, ofreciendo el contraste de los colores de estos materiales de la construcción, vistoso efecto. La parte inferior del monumento está constituida por un tronco de pirámide con biseladas aristas donde se representan: en la cara anterior y en altorrelieve el teniente general D. Miguel Ricardo de Álava, a caballo, en actitud de alentar a sus paisanos a defender la ciudad, cuyo escudo figura sobre la cara mural en bajorrelieve. Los hijos de Vitoria, en altorrelieve, aclaman al general Álava y al triunfo de la Independencia española. Por debajo de esta cara se lee: «El teniente general D. Miguel Ricardo de Álava protegiendo a su Ciudad natal». Las caras laterales y posterior de este tronco de pirámide llenan relieves representando la derrota de los invasores, el abandono del material de guerra, del de los equipajes, de la impedimenta, de los muertos y heridos, en una palabra, del gran desastre que sufrió Bonaparte y la huí- da de éste a todo galopar de su caballo. Marte, el genio de la guerra, que se cierne sobre ese campo de desolación, señala a los franceses el único camino que le queda por tomar: el de volver a su patria. Al pie de la cara posterior se ha escrito: «Derrota de José Bonaparte».
Una gradería de tres peldaños biselados en sus ángulos, termina el monumento por su parte inferior. Rodeando a esta escalinata se ha formado un jardincito circular, de césped y adornado de flores, que sirve como de centro a los jardines generales de la plaza».
SEGUNDO PISO o CUERPO MEDIO
Realizada mediante figuras de bronce. Es la parte que representa a los ejércitos vencedores, los aliados.
En el frontal destaca el Duque de Wellington, a caballo también, en posición de ataque. Son imágenes de soldados, imágenes bélicas, desafiantes, en el fragor de la batalla. En el lateral este, el general Pablo Morillo, en representación de las tropas españolas. En el lateral oeste los alemanes, los húsares, que fueron los que estuvieron con el general Álava defendiendo la ciudad del saqueo. En la parte trasera o norte hay una representación de tropas portuguesas. El suelo de estas figuras son cañones y armas que los franceses derrotados echan a los pies de los vencedores.
Al pie de esta base, también según lo escrito por Borrás en su proyecto: “los escudos de las naciones aliadas enlazados por ramas de laurel y roble, que denotan la victoria que alcanzaron con la fuerza de su unión” (Gran Bretaña, España, Portugal y Alemania)
En su escrito, de 1918, José Cola y Goiti lo describe así:
«Sobre este cuerpo principal del monumento, se asienta el cuerpo central del mismo. Se representa en él a las fuerzas aliadas, compuesta de todas las armas y nacionalidades que tomaron parte activa en la batalla, destacándose, en la cara anterior, la figura a caballo del duque de Wellington, que llevaba el mando de las fuerzas, y en las restantes caras un general a caballo, correspondiente a cada una de las naciones aliadas. La actitud de los aliados expresa el espíritu bélico que los alentaba en el fragor del combate, sin llegar a la representación de la lucha directa con el enemigo y con la nota dolorosa de los que caen heridos o muertos, porque la expresión de estas escenas produce efecto doloroso. Al pie de este altorrelieve que rodea la parte central del monumento y en los cuatro biseles de sus lados están los escudos de las naciones aliadas, enlazados por ramas de laurel y roble que denotan la victoria que alcanzaron por la fuerza de las armas y de su unión».
TERCER PISO y CENIT
También en bronce. Este piso se construye encima de un emblema que dice «A la batalla de Vitoria». En la cúspide se ve una escultura alegórica de la Victoria, alada, y con una rama de olivo en una mano (símbolo de la paz) y una bandera del reino de España en la otra. Bajo ella hay otras figuras alegóricas de la Patria (en forma de matrona) junto a un león que simboliza al ejercito triunfante que pisotea al águila que representa al imperio francés. Un hombre desnudo que lleva en sus manos unas cadenas rotas, representa al pueblo llano liberado.
Así lo describía Cola y Goiti en 1918: «Siendo la batalla de Vitoria de glorioso fin de la lucha con los invasores, corona el monumento un grupo alegórico constituído así: el espíritu de la Victoria que lleva triunfante su bandera española y que ofrece con el ramo de olivo el fin de la campaña y el comienzo de una era de paz. España, representada por una matrona, se apoya en el león, que es la fuerza que derriba al águila invasora y que, satisfecha del comportamiento del pueblo español, representa por la figura desnuda, que ha logrado romper las cadenas que la supeditaban, la estrecha materialmente con su diestra. En el pedestal de este grupo, que constituye la cúspide del monumento, y envuelto en palmas y laureles, se ve esta leyenda: «A la Batalla de Vitoria»
Añado una curiosidad que me comentaba el investigador y escritor Julio Corral: todos los cañones que se representan en el monumento son iguales (salvo que están a distintas escalas), todos ellos están hechos a imagen del famoso cañón «Dragón» que el Duque de Wellington donó a la ciudad y que se conserva en el museo de Vitoria-Gasteiz
INAUGURACIÓN / ENTREGA
Borrás terminó al fin su escultura en julio de 1917 y la «inauguración» fue el día de inicio de las fiestas de Vitoria, el 4 de agosto de 1917. Esta foto es de esos primeros días de agosto, antes de la «entrega» del monumento. Foto de Ricardo Martin, de kutxateka
Y esta es de Marin, también de esos días:
Antes de hablar de «inauguraciones», «entregas»… me gustaría comentar del por qué del título que he puesto: ¿VERDADERAMENTE SE HA INAUGURADO ESTE MONUMENTO ALGUNA VEZ?
No hace mucho se creó un debate en un grupo de Facebook sobre este tema y Jesús Mari Diaz de Cerio lo dejaba bien claro: el monumento no se inauguró este 4 de agosto de 1917, sólo fue «entregado». Y así se recoge en realidad en las crónicas que aportaba Diaz de Cerio, en las que se habla de entrega y sobre todo se habla de que el monumento se inauguraría de verdad «cuando el Rey fuera a Vitoria a inaugurarlo».
La cuestión es que el monumento que había construido gracias al presupuesto aportado por el Reino de España y por ello pertenecía al estado. Ese día 4 de agosto, por ello, lo que se hizo en realidad fue la entrega del monumento (aprovechando que comenzaban las fiestas de la ciudad), por parte del estado, a la ciudad de Vitoria. En el recorte siguiente , del diario «La Libertad» de la víspera de la entrega del monumento ya especifican que es una entrega y que «La inauguración oficial se efectuará cuando venga el rey a Vitoria».
En «La Libertad del día siguiente, día del acto de presentación del monumento se escribía que se había hecho entrega del monumento por parte del Gobernador Civil al Ayuntamiento y que «Contra lo que muchos suponían, no se verificó la inauguración del mausoleo por que dicho acto se ha aplazado para el día que venga el Rey a Vitoria, que ya Sui Majestad ha demostrado deseos de asistir a él»
Más tarde, el 18 de septiembre, La libertad daba cuenta del viaje del alcalde a Madrid, que fue recibido por el jefe de Gobierno, Eduardo Dato, y le prometía que los reyes irían a Vitoria en octubre para inaugurar el monumento entre otras cosas.
Por último, el 28 de septiembre…seguíamos igual, esperando la llegada del rey para inaugurar el monumento::
Finalmente, el rey no fue a Vitoria hasta el 30 de septiembre… de 2 años después, del año 1919, y lo hizo para poner la primera piedra del Cuartel de Caballería que se construyó en la calle Olaguibel. Así que el monumento ahí sigue, esperando a un rey (que por mi…, que no venga)
Una vez aclarado esto, vamos a la «entrega» del monumento de ese 4-8-1917, que a todos los efectos se tiene como día de la inauguración en realidad.
Ese día hizo muy buen tiempo, se habían arreglado los jardines y se pusieron farolas eléctricas exproceso para el solemne acto. Por ello miles de personas acudieron al evento (en este espacio podéis ver tres de las fotos de E. Guinea, el día de la engtrega/inauguración), así como personalidades y prohombres de Vitoria de todo tipo: el alcalde Sr. Guillermo Elio Molinuevo, el gobernador civil (que era quien hacía entrega de la obra, en nombre del estado, al Ayuntamiento), Sr. Agrela, el obispo, diputados, concejales, profesores…. Debido a la guerra mundial no pudieron asistir personalidades de otros países como había sido el deseo del ayuntamiento.
Durante la inauguración se interpretó la sinfonía que Bethoven había compuesto en conmemoración de esta batalla: «La batalla de Vitoria» (interpretada por 45 profesores músicos), y se lanzaron fuegos artificiales de la pirotecnia alavesa Policarpo Martínez de Lecea de los que en un momento al explotar caían paracaídas con banderas reales y de Vitoria. En las fotos siguientes, recortes de prensa del acontecimiento: Una del día 5 de El Heraldo alavés, lamentándose de no haber sido invitado a la ceremonia y otro del mismo día, de La Libertad, muy extenso:
Inauguración del monumento. Foto subida por Miguel Casabona al grupo Gasteiz Atzo
En la foto siguiente, el monumento ese año 1917, en una fotografía de Ricardo Martín, de Foto Carte (sacada de kutxateka.eus):
Una foto más de ese año 1917, personas sin identificar, del fondo de la familia Verástegui Zavala (Fundación Sancho el Sabio)
En la foto, el monumento poco tiempo después de su inauguración en 1917 (Foto Enrique Guinea-1917):Monumento en 1920. Postal de ediciones Arribas de Zaragoza
LA SINFONIA DE BETHOVEN A LA BATALLA DE VITORIA
A esta obra de Beethoven, la sinfonía num.91, se la llamó «La batalla de Vitoria» o «La Victoria de Wellington» o «Sinfonía de Triunfo» y puso a Vitoria en los mapas europeos de la época.
Ludwig van Beethoven dirigió esta obra el 8 de diciembre de 1813, ante un auditorio repleto en Viena. La semana siguiente al concierto, el periódico de Viena (Wiener Allgemeine Zeitung) publicaba que «el aplauso del público había sido apoteósico». De hecho, el éxito fue tal que la orquesta volvió a interpretar la sinfonía solo cuatro días después. La recaudación de ambos conciertos fue para los soldados austriacos y bávaros heridos en la guerra.
El éxito de la opus 91, Batalla de Vitoria, fue un golpe de suerte para el maestro alemán. Ludwig van Beethoven había terminado su Octava Sinfonía a mediados de 1812, pero llevaba meses sin dirigir un concierto. Lo profesional (y lo personal) no le iba bien en esa época y el éxito de esta obra le volvió a catapultar.
La noticia de la derrota de los franceses en Vitoria le llegó el 27 de julio a Viena, donde estaba de visita y su amigo Johann Nepomuk Mälzel (inventor del metrónomo) persuadió a Beethoven para que escribiera una pieza adecuada sobre este evento para su nuevo invento, el «Panharmonicon», un instrumento mecánico que imitaba a toda la orquesta). Hacerla fue muy oportuno para él ya que por una vez, Beethoven se adecuó al momento en que vivía (patriotismo europeo al alza, debilitamiento del imperio francés…) A las primeras interpretaciones benéficas le siguieron varias más y Beethoven pudo mejorar notablemente su economía doméstica. Pero con el éxito llegaron. Esta obra le dio pingües beneficios que estabilizaron su economía llegando a ser una de las piezas más célebres durante su vida. Aunque en realidad no se conoce en su totalidad, sino por algunos fragmentos famosos: la duración de ejecución de la obra es de alrededor de 15 minutos y en ella Beethoven introdujo dos temas populares: Mambrú se fue a la guerra (representando a los franceses) y Rule Britannia y God save the King para simbolizar Inglaterra. Además en la obra pueden escucharse 193 disparos de cañón.
Artículo de la revista madrileña Harmonía, que se publicó en el diario «La Libertad», de Vitoria, el 3 de agosto de 1917, víspera de la inauguración del monumento, que versaba sobre la importancia de esa obra musical.
En este enlace, la sinfonía interpretada por la Berliner Philharmoniker, dirigida por el maestro Herbert von Karajan. La imagen es una compilación de fragmentos de la película Waterloo, de 1970 que le queda muy bien a la m´úSica.
OTROS MONUMENTOS MUY SIMILARES
Como colofón a esta historia de Vitoria-Gasteiz, comentar otros monumentos que se realizaron, muy similares, en otras provincias. En total se realizaron 14 monumentos en España entre esos años que van de 1880 a 1929, (antes hubo uno importante, el del 2 de mayo de Madrid). De ellos sólo pongo las imágenes de dos de ellos, los que más se semejan al de Vitoria-Gasteiz (en algunos casos, si no te fijas, parece el mismo):
Monumento a los capitanes Daoiz y Velarde, en Segovia (1910):
Monumento “Los sitios de Zaragoza”, de A.Querol (1908):
RENOVACIONES POSTERIORES
La verdad es que pocas veces se ha renovado el monumento y su entorno. En las fotos siguientes, (la primera de Santiago Arina, del 6 de marzo de 1963), una restauración sencilla del monumento y adecentamiento de los jardines circundantes (pocos cambios aparte de un pedestal o escalera desaparecido).
Aquí unas cuantas fotos de los años 50 y 60:
Foto en 1955, de Alberto Shommer:
Celebración del 150 aniversario , 20 de junio de 1963. La comitiva formada por autoridades y representaciones se dirige al Teatro Principal para la solemne sesión académica. Foto de Santiago Arina:
Otras fotos (no sé autor) de 1963 y 1966:
El monumento en color, en 1969:
En 2009, al reformar por completo la Plaza de la virgen Banca para dejarla como está hoy en día (proyecto de Eduardo Rojo) , se circundó todo el perímetro del monumento con un banco de madera a juego de los de la plaza:
En 2013 se hizo, coincidiendo con el bicentenario de la batalla de Vitoria, una limpieza sin más. Los técnicos ya avisaron que era necesaria una renovación mucho más a fondo pero ahí sigue, sin hacerse.
Desde diversas instituciones se está haciendo hincapié desde hace ya unos cuantos años en la urgencia de hacer una restauración importante al monumento pero…sigue sin haber dinero para ello, No hace un par de años , se hizo una restauración parcial de alguna figura que había sido rota por unos jóvenes y cuyo coste fue pagado por las familias de dichos jóvenes.
En 2024, por fin, parece que se está moviendo algo. Se ha hecho un estudio pormenorizado de las figuras y su estado. Veremos cual es el resultado y si se hace alguna restauración o no.
REINTERPRETACIONES
Ibai de la Torre, ha montado esta réplica del monumento para conmemorar su centenario. Está hecho con piezas LEGO (Fotografia del autor).
ENLACES
Mi agradecimiento infinito a la gran investigadora de este monumento, de donde he aprendido todo lo que he tratado de resumir en esta historia, FRANCISCA VIVES CASAS («El monumento a la batalla de Vitoria», publicado por primera vez en Ars Bilduma, número 1, año 2011 y el posterior artículo en “ ESTUDIOS ALAVESES – SANCHO EL SABIO, 2016” titulado «El Monumento a la Batalla de Vitoria (1917). Génesis, concurso y ejecución» )
También entre otras fuentes donde he sacado algunos datos, destaco las El Correo.com y Wikipedia por informaciones sobre la sinfonía de Bethoven y a Manuel García Guatas por su artículo “Las efemérides de 1808 en sus monumentos”
En la foto siguiente, aspecto en 1967.
En 1917, el cartel del programa de festejos de la Blanca mostraba el monumento casi construido y que se iba a inaugurar esas fiestas
Un comentario en «EL MONUMENTO A LA BATALLA DE VITORIA DE 1813»