Mi última adquisición, este folleto turístico de 1929…
El Patronato Nacional de Turismo lo creó el rey Alfonso XIII en 1928 y tenía su sede en Madrid. El patronato publicó guías y folletos turísticos similares a este, con 8 páginas, de todas las capitales y numerosas grandes ciudades españolas. En todos se acompañaba un texto sobre el origen y la historia de la ciudad, fotografías de los más importantes monumentos o plazas y, en la última página, un plano de la ciudad.
Esta que presento es la guía turística de Vitoria-Gasteiz, que pudo imprimirse entre 1928 y 1930 (aún se ve el convento de San Francisco, derribado en 1930 en el plano). Fueron repartidas, gratuitamente tanto durante la monarquía, como por la República a partir de 1931.
Este folleto en concreto, como se ve en el sello de la portada, fue repartido por La República (Direcció dels serveis de Turismo de la Generalitat de Catalunya), editado e imprimido en Hueco grabado Mumbrú, Barcelona. Las fotos del folleto están firmadas por Lladó:
– Plaza Nueva con su quiosco central
– Portada de Santa María, de la catedral vieja
– Pórtico de la iglesia de San Miguel y la hornacina de la Virgen Blanca
– Casa de los Velasco
– Palacio de la Diputación Foral
– Plaza de la Virgen Blanca
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Texto completo:
PATRONATO NACIONAL DEL TURISMO. VITORIA
VITORIA, capital de la provincia de Álava, en las Vascongadas, ocupa el centro de la comarca conocida con el nombre de Llanada de Álava. Cruzan este fértil terreno los pequeños ríos Avendaño, Zapardiel y Recallar, cercanos a la ciudad, todos pertenecientes a la cuenca del Zadorra, el río de las sagradas tradiciones ancestrales de los alaveses, como lo recuerda su campo de Arriaga, donde se celebró el pacto de la voluntaria entrega de Álava al rey de Castilla el 2 de Abril de 1332, lo cual rememoraba el Ayuntamiento de Vitoria en su antigua fiesta popular de echar la «carta al Zadorra» el día de San Juan.
Vitoria es una deliciosa estación veraniega, con gratas evocaciones del ayer luminoso, y como urbe moderna es limpia y cuidada, cruzada por espaciosas calles y plazas.
La Vitoria actual, corrupción local de la palabra Victoria, surge a la vida histórica fundada por el rey Sancho el Sabio de Navarra, a base de la aldea de Gázteiz, el año 1181, emplazada en lo que ahora se llama el Campillo, conociéndose también con el nombre de Villa Suso. Dispútansela reyes y señores. Alfonso VII la consigue para Castilla. Alfonso VIII ensancha el recinto de la ciudad vieja y le confirma el fuero de Logroño, que le había otorgado Sancho el Sabio.
En 1212, los bravos habitantes de la ciudad, a las órdenes de Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya, demuestran cumplidamente su valor en las Navas de Tolosa.
Fernando III el Santo confirma todos los fueros y costumbres. Con él asisten los vitorianos a sus conquistas por tierras de Andalucía, distinguiéndose en la toma de Baeza y en la de Sevilla.
En las luchas de los Trastámaras, Vitoria juega papel importante, pasando al dominio del rey de Navarra, interviniendo el cardenal Guido de Bolonia en la devolución a la corona de Castilla, dándosele por alcalde al famoso personaje Don Pedro López de Ayala.
La Guerra de la Independencia da ocasión a Vitoria para escribir memorables páginas, una de las cuales lleva el nombre de la ciudad.
La Guerra Carlista logra también que el nombre de la capital de Álava se destaque con notoria importancia en las luchas civiles de aquel tiempo.
La ciudad, guarda como elocuente testimonio de su vida histórica, restos gloriosos de arquitectura antigua. Así, la Iglesia de Santa María (Catedral vieja), habilitada al presente para catedral en tanto que dan fin las obras de un nuevo edificio destinado a este objeto, ya que Santa María resulta insuficiente para las necesidades e importancia de la población. Es la más antigua de las iglesias de Vitoria; fue uno de los templos fortalezas construido en 1180 por orden de Sancho el Santo de Navarra.
La primitiva construcción era de estilo románico, pero ni de ella ni de la fortificación han quedado vestigios, excepto por el lado norte que aún se yergue una torre octogonal. Las obras que se admiran datan del siglo XIV, Construidas al estilo gótico. Tiene tres naves; en la de la Epístola se encuentran los altares del Nacimiento, San Bartolomé y San José. En la del Evangelio se hallan cinco capillas, y entre ellas las de la Concepción y la Victoria, pertenecientes a la gran casa de los Verástegui-Velasco, marqueses de Fresno. En la nave del centro está la capilla de la Esclavitud. La capilla mayor tiene un hermoso tabernáculo y retablo de bellísima talla, debidos al escultor alavés Valdivielso, apodado El Santero de Payueta. Detrás del altar mayor están los sepulcros de Martin Salinas, tesorero de Isabel la Católica y de su hijo de igual nombre, embajador del Rey de Hungría. En el ábside se encuentran las capillas de San Ramón, San Marcos, el Rosario y del Pilar y la entrada a la Sacristía; en ésta consérvase una «Piedad» atribuida a Van Dyck y una «Concepción» de Juan Carreño.
La cruz de clerecía, magnífica obra de plata y oro, se atribuye a Benvenuto Cellini. La Capilla de Santiago, que sirve de parroquial, tiene un altar renacimiento en el que todo,
menos las pinturas, es obra del ya mencionado Valdivielso. Entre las diversas joyas de arte que aquí se custodian está la Virgen de la Esclavitud, escultura románica del siglo XII.
La Iglesia tiene su entrada principal por un pórtico cubierto de tres arcadas primorosas. La primitiva torre (era cuadrada, con sencillas agujas ojivales, hasta que a fines del siglo XVII se alzó sobre el pórtico la torre actual, de estilo dórico coronada por un chapitel de pizarra), incendiada en 1856, reedificose pero no con igual gusto.
Alejandro VI convirtió la Iglesia en Colegiata en 1496 y el 28 de Abril de 1862 fue elevada a Catedral. En ella se conservan muchas reliquias de santas mártires y una muy importante de San Prudencio, traída del Monasterio de Montelaturce, donde está el cuerpo del santo.
San Vicente. – De fecha tan remota como la catedral, fue en su origen una fortaleza transformada en templo a principios del siglo XII. Pero la iglesia actual es del siglo XV. Tiene tres naves, de arquitectura ojival; carece de pórtico, crucero y ábside. Edificada en la parte alta de la población, es preciso para llegar a ella subir la escalinata de la cuesta de sıu nombre. La capilla más notable es la de los Pasos. Al lado del Evangelio, curiosa lápida sepulcral de un chantre de la colegiata de Armentia, fallecido en 1387.
San Miguel. – Fue primero una modesta capilla románica fuera de murallas, de la que se hace mención en el fuero dado a Vitoria por Sancho el Sabio de Navarra. (Por el ensanche sucesivo de la ciudad se convirtió en templo situado pintorescamente en desnivel con las calles que le rodean.) Tiene tres naves y un elegante pórtico ojival. En el altar mayor, retablo de tres cuerpos con esculturas, labrado por Juan de Velázquez y dirigido por Gregorio Hernández. En esta iglesia se venera la devota imagen de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad, a la que se le rinde fervoroso culto. En el exterior del ábside está la hornacina donde se guardaba «el machete vitoriano», sobre el cual el Sindico juraba los fueros, bajo pena le cortasen su cabeza con dicha arma.
San Pedro. – Parroquia del siglo xv. Fachada principal a la calle de la Herrería, con ancho pórtico sencillo, guarnecido de doseletes y labores, faltándole las estatuas. Tiene tres naves ojivales. A uno y otro extremo del crucero las capillas bautismal y de los Reyes; son platerescas.
À los lados del altar mayor enterramientos con estatuas yacentes de la familia de los Álavas. Bellísima obra milanesa la del obispo de Córdoba Don Diego de Álava, fallecido en 1562. En la capilla de la Soledad se guarda una estatua original de Gregorio Hernández.
Santo Domingo. -Fundación del vitoriano Fray Pedro de Ochoa, reducida a monasterio en 1235. Su primitivo local fué la fortaleza palacio que el rey Sancho el Fuerte de Navarra poseía en Vitoria y la ermita de Santa Lucia próxima a él, que, según se cree, fueron donación del rey. La lglesia (hoy derruída) fué de mucha importancia durante algún tiempo. En lo que fue capilla del Noviciado había hermosos cuadros de Ribera, hoy propiedad de la Diputación, regalados por el vitoriano Pedro de Oreitia, ministro de Carlos II, enterrado en esta iglesia. Fue casa de estudio de su orden y tuvo cátedras de Teología y Filosofía.
Convento de San Antonio.- Antes llamado de la Concepción, situado en la plazuela del General Loma. Fundación de Don Carlos Álava, de su esposa y de Doña María Vélez Ladrón de Guevara. Después de algu-
nos litigios recayó el patronato en el marqués de Mortara, heredero de los fundadores, continuando las obras principales bajo la dirección de los arquitectos Juan Vèlez de la Huerta y de su hijo Pedro. La Iglesia tiene una sola nave y ocho altares. La fachada de estilo grecorromano con dos magnificas estatuas de San Francisco y San Antonio. Está considerado este convento como una de las mejores obras de arte que posee Vitoria.
Hay también en la ciudad otras iglesias y conventos, reedificados unos, como el de las Brígidas, ruinosos otros y a punto de desaparecer, como el de San Francisco y algunos de nueva construcción como el suntuoso Monasterio de la Visitación o la lglesia de los Padres Carmelitas.
Diputación Provincial. – La Diputación Provincial se alberga en un edificio construido desde 1833 a 1858. En él se guardan diversas obras de arte, destacándose sobre todas los maravillosos lienzos de Ribera, San Pedro, San Pablo y Cristo en la Agonía, restaurado este último por Nicolás Gato de Lema en 1867 en la cantidad de 25.000 reales.
Obra acabada en 1643 cuando Ribera se hallaba en la plenitud de sus portentosas facultades.
Casas señoriales. En la calle de la Cuchillería se ve aún la Casa del Cordón, con arcos ojivales en su fachada. Y en todo el barrio señorial de la ciudad vieja, casonas y palacios lucen los prestigios de sus heráldicos timbres; así el Palacio de los Marqueses de Bendaña-Alameda y la Casa de los Álavas y Velasco, entre las calles típicas de la Zapatería y la Herrería.
Ayuntamiento. Pero el centro de la vída ciudadana en Vitoria es la Plaza Nueva o del Ayuntamiento, que empezó a construirse en 1781 y se acabó en 1791; dirigióla el arquitecto Justo Antonio de Olaguibel. La planta baja es aporticada y le da un especial carácter a este rincón de la ciudad, que cuenta también con otras plazas y paseos muy hermosos, como el Paseo de la Florida, favorito de los vitorianos.
Por la Senda o Salón, sombreado camino, se llega al Prado, adornado con árboles y exuberantes plantas; propicio lugar para el verano. También es muy frecuentado el paseo de la Fuente del Mineral, divisándose desde este sitio un panorama sugestivo. EI Campo de los Palacios, el de Deportes, con su gran velódromo; el Polvorín viejo, el Campo de Arana y los paseos de los Arcos y de los Arquillos añaden nuevos encantos a los muchos que tiene Vitoria, imposible de reseñar aquí tan ligeramente.
Entre las fiestas populares que celebra la ciudad, distínguense las de la Virgen Blanca durante los días 5 de Agosto y siguientes. En la dehesa de Olarízu se celebra la fiesta de la visita de los mojones de la jurisdícción, a cuyo regreso se hace una típica cabalgata de concejales.
Las excursiones que desde Vitoria pueden hacerse son innumerables, tales como a Peñacerrada, Laguardia, Labastida, Estivaliz, Armentia, Salvatierra, Salinas de Añana, Mendoza, Guevara, Quejana, Murguia, Grutas del Gorbea y tantos y tantos otros lugares evocadores del arte y de la historia patria, que convierten a Vitoria, en particular, y a toda la provincia de Álava, en general, en delicioso rincón de turismo.
HOTELES
FRONTÓN HOTEL – Pensión completa de 23 a 30 ptas.
JĀUREGUI – Pensión completa de 12 a 20 ptas.
HOTEL BIARRITZ- Pensión completa de 12 a 18 ptas.
HOTEL FRANCIA – Pensión completa de 10 a 18 ptas.
Espero os haya gustado este rincón de la historia… turística, de Vitoria-Gasteiz